¡Qué difícil es entenderla y atenderla!
La ansiedad es un término que usamos con mucha frecuencia y forma parte de nuestro lenguaje coloquial, pero sabemos realmente ¿qué es la ansiedad?
Sabemos distinguir si es una ansiedad positiva, si es temporal o duradera, si la reconocemos fácilmente o si nos cuesta identificarla. Conocemos sus causas o sus orígenes.
Todas estas preguntas son difíciles de contestar. Vamos por partes:
La ansiedad es una emoción, es un estado anímico o es una reacción a una situación que vivimos o sentimos.
Se podría decir que la ansiedad es un aviso de nuestro sistema psíquico de que algo no va bien. Equivale al aviso del dolor físico en nuestro cuerpo cuando algo nos duele. Es un síntoma y lo difícil es averiguar cuál es su causa o sus causas.
La ansiedad es una activación fisiológica, que tiene unos síntomas específicos pero que en cada persona se puede manifestar de distintas formas.
La ansiedad aparece por factores internos, como son los pensamientos catastróficos y las sensaciones angustiosas, independientemente de lo que haya en el entorno.
Surge ante el miedo a un elemento no presente o a la anticipación del mismo. Sólo está presente la idea de su aparición futura, y es esta idea y no el evento en sí la que causa la sensación de peligro.
El origen de la ansiedad es, por lo tanto, algo difuso, ya que se encuentra en el miedo, la preocupación y la intranquilidad por el futuro imaginado.
Se suele presentar sin previo aviso. Y sorprende por no saber a qué atenerse. Es muy molesto y se manifiesta de muchas formas y con diferentes intensidades.
Tiene 3 vías de expresión:
- Cognitiva-Emocional, lo que pensamos y lo que sentimos: anticipaciones, preocupaciones, temores, inseguridades, sentimientos negativos sobre nosotros mismos, fobias, falta de concentración, miedos etc…
- Fisiológica, lo que sentimos en nuestro cuerpo, las manifestaciones corporales: sudoración, temblores, molestias estomacales, opresión en el pecho, mareos, vértigos, taquicardias, mareos, cefaleas, disnea, garganta seca, etc…
- Conductual, lo que hacemos, nuestras reacciones: mordernos las uñas, comer en exceso, fumar, beber, evitar situaciones, etc…
Existe una ansiedad positiva que es adaptativa y sirve para gestionar momentos difíciles. Se dispara la adrenalina y el cuerpo se activa. El cerebro interpreta que tiene que aumentar su rendimiento. Es la ansiedad de antes de un examen que activa el rendimiento de estudios.
La ansiedad que nos ocupa es aquella que no es adaptativa y es limitante y sobretodo muy inquietante y puede llevar a ataques de pánico.
Las situaciones que suelen producir ansiedad son aquellas difíciles de gestionar por intensas, duras, nuevas y que hacen sufrir.
Normalmente la ansiedad viene dada por circunstancias internas y estan muy vinculadas a la emoción del miedo al futuro, con pensamientos limitantes.
Normalmente son mas de una situación las que crean esas sensaciones de ansiedad. Muchas veces no son importantes una a una pero la suma de todas ellas si pueden crear la ansiedad no adaptativa.
A veces es tan inquietante que se tiene ansiedad a volver a vivir ansiedad, miedo al miedo.
Desde mi experiencia, una buena causa de ansiedad viene dada cuando tu vida se está alejando de tu propósito vital.
El cuerpo avisa que algo no va hacia el camino trazado consciente o inconscientemente. Y es cuando se somatiza.
Y, ¿qué hacer ante estas situaciones?
Lo importante en estas situaciones es pararse y buscar la calma. Buscar momentos de silencio y de reflexión para analizar lo que realmente a uno le está pasando.
Entender que no es grave, es molesto e inquietante. Es una alarma de que algo no va bien.
Parar y calmarse mediante diferentes técnicas de relajación.
Y, una vez mas tranquilo, intentar averiguar el o los motivos por lo que se ha disparado la ansiedad.
En muchos casos se requiere de ayuda de un profesional especialmente cuando es limitante. Existen diferentes terapias para gestionar la ansiedad en función de la intensidad y de la duración de la misma.
A partir de la combinación de diferentes terapias se pueden abordar las diferentes casuísticas.
Para la expresión cognitiva emocional: Técnicas cognitivas
Desde la terapia cognitiva conductual que permite a la persona que padece ansiedad, que reconozca e identifique los pensamientos automáticos irracionales que la desencadenan y le proporciona las técnicas y metodología para controlarla.
Desde la psicología de la tercera generación, la ansiedad se atiende desde la aceptación y el compromiso que es la capacidad de aceptar el sufrimiento para poder liberarse del mismo y luchar con lo que realmente importa.
Reconocer que solemos evitar el sufrimiento y tener rigideces con las situaciones difíciles. Solemos ser inflexibles. Y conectar con lo que realmente importa, con los valores que uno tiene y con la vida que quiere vivir. Intentando entender que no somos lo que pensamos. Este es el compromiso con nuestros valores y estilo de vida que deseamos
Para la expresión fisiológica: Técnicas de relajación
La respiración diafragmática, que reducen la actividad fisiológica de nuestro cuerpo y la meditación. A partir de las técnicas de Mindfulness o Atención plena que ayudan a conectar con el presente, con el aquí y el ahora.
Para la expresión conductual: técnicas de exposición o desensibilización sistemática.
Estas técnicas preparan a las personas para afrontar situaciones, en vez de evitarlas. Es fundamental, en muchos casos, elaborar un programa sobre como hacerlo, para que la persona, a través de la experiencia de afrontarlo, de exponerse…se enfrente de forma gradual a sus supuestas amenazas y miedos.