logotipo Patricia Vallés

Miedo al miedo

Miedo al miedo

Comparte este post

¡Cómo darle cara al miedo!

El miedo es una emoción básica que nos ha permitido subsistir. Es una emoción intensa que ayuda a prevenir posibles peligros futuros.

Se siente en el cuerpo, en el pecho, con temblores, palpitaciones, la cara palidece, se tensan los músculos y con sudor frío, respiración acelerada, y un nudo en el estómago y qué solemos huir o paralizarnos.

Existen muchos tipos de miedos, el miedo físico y real, un coche que no frena al cruzar, y un miedo psicológico, que uno piense que le van a despedir en su trabajo… El miedo a la incertidumbre, a la falta de control y a no saber que va a pasar es el miedo que estamos viviendo ahora. Es un miedo real pero que puede ser alimentado e incrementado exponencialmente por los pensamientos y la influencia del entorno.

Cuando el miedo es continuo y se instala en la mente puede pasar a ser pánico, angustia, ansiedad y sí es colectivo pasa a ser histeria colectiva.

En estas situaciones, se reacciona y no se responde con libertad de opciones, la mente se bloquea y se reacciona. Esto es lo que ha ocurrido con la compra compulsiva de alimentos y del papel de WC.

Para poder parar esta dinámica lo más importante es aceptar la emoción, ponerle una etiqueta e intentar calmar la mente vía respiración consciente y meditación.

Abrazar la emoción, acogerla. Sentir que la emoción del miedo es coyuntural y no te pertenece. Qué pasará. A partir de ese momento intentar responder y no reaccionar e indagar qué ha pasado para vivir esta emoción.

Y, ¿cómo se gestiona el miedo?

De forma más didáctica:

1. Date permiso para sentir lo que sientes, ya que la emoción forma parte de ti. Cuando nace, sea la que sea, acógela sin más. Busca en qué parte del cuerpo la sientes y lleva la respiración a esa parte del cuerpo, relajando la zona con más tensión.

2. Identifica y da nombre a aquello que sientes. Etiquetarla ayuda a aceptarla y a reconocerla.

3. Acoge y abraza la emoción sabiendo que una emoción tiene una temporalidad, que no forma parte de ti.

4. Traduce la información que contiene cada emoción e incorpórala a tu mapa. El miedo nos informa de que estamos viendo peligros, sean estos reales o no.

5. Actúa en consecuencia. Si sentimos miedo y es real, actuemos en consecuencia y evitemos el posible peligro. Si entendemos que es un miedo desmedido, busquemos los mecanismos para calmar la mente y actuar de otra manera más adaptativa a la situación. “Las emociones más complicadas, a menudo contienen la posibilidad de realizar aprendizajes importantes. Sí las evitamos y no las vivimos, nos privaremos de estos aprendizajes y correremos el peligro de ir por la vida reproduciendo patrones de conducta”.

No hay emociones positivas ni negativas, todas son adaptativas. Lo no adaptativo son los comportamientos.

Respira ; siente y actúa de forma consciente.

Subscribe a la Newsletter para no perderte ninguna publicación ni evento