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Zambullirse en la naturaleza

Zambullirse en la naturaleza

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Voy a intentar haceros vivir lo que realmente es un baño de bosque, un zambullirse en la naturaleza.

Casi cada día, voy a pasear a mi perro Teo a un bosque cercano a la carretera de las aguas. Ahí conecto conmigo y con Teo.

Desde que practico meditación y soy instructora de Mindfulness es mi momento sagrado y mágico. 

Llego al bosque abierta a las sensaciones, respiro de manera consciente, siento la pinaza y las hojas secas bajo la planta de mis pies notando su crepitar. Calmo mi respiración y busco sentir.

Alejo pensamientos de mi mente y conecto con el aquí y el ahora.

Me concentro en el canto de los pájaros y su melodía calma mi mente. Me inundo de dicha.

Percibo el sol y la sombra, hago mi respiración más lenta y profunda. Me relajo, conecto más con todo lo que me rodea, siento mi cuerpo, mis respiraciones, mis sensaciones, y me siento viva.

Toco hojas de árboles y arbustos sintiendo entre mis dedos sus texturas.

Contemplo la belleza de los movimientos de Teo.

No busco metas, hago camino y dejo que el bosque y Teo me guíen.

Vuelvo del paseo con un trozo de bosque, me siento nueva, enérgica, vital y alegre. Encaro el día con entusiasmo.

El baño de bosque es una terapia fácil, simple y sencilla. Requiere zambullirse en un trozo de naturaleza: bosque, playa, parque… buscando la soledad o la compañía de quién quiera sentir la misma experiencia. 

El silencio ayuda a sentir la naturaleza en todos y con todos los sentidos.

Zambulliros, respirar y sentir. Seguro repetiréis.

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